La guerra económica de las transnacionales, caso P&G y la respuesta del gobierno argentino.

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Algo sobre lo cual hay que seguir insistiendo, es que la guerra económica y en general las prácticas especulativas contra el país, cuentan con el oscurantismo generalizado con que transcurren las actividades privadas, en especial las de las transnacionales. En ese sentido, en algo que hay que avanzar es en desnudar la manera cómo éstas operan, las formas con que se sirven para burlar los controles y ejercer rapiña contra los consumidores y contra la economía nacional, particularmente contra las reservas, para luego forzar devaluaciones que terminen por recompensarlos extraordinariamente.

En un artículo de noviembre de 2013, llamado Poder Adquisitivo, dólares, precios reales y reservas, denunciábamos el mecanismo de los precios de transferencia utilizado para fugar divisas y defraudar al fisco, mecanismo tanto más utilizado en 2014 luego que las empresas manipularan su facturación para esconder las ganancias especulativas encubriéndolas como costos y así no quedar expuestas de nuevo tal y como quedaron en la primera fase de la ofensiva económica. En aquella ocasión decíamos lo siguiente: En los ataques especulativos y el sabotaje contra la moneda y los precios además de lo ya mencionado hay que sumar a los tenedores de bonos de deuda venezolana (que especulan con los altos intereses que estos bonos pagan dada las primas por riesgo impuestas por las calificadoras) así como el evidente interés que las empresas transnacionalizadas instaladas en el país tienen en acabar con el control de cambio para poder repatriar sin cortapisas los ingresos que captan. Y cuando decimos transnacionalizadas valga decir que estamos hablando de todas las empresas grandes y buena parte de las medianas que existen en el país, pues incluso aquellas que son “nacionales” como la Polar transfieren sus excedentes al exterior. Pero adicional a este tema lo otro es que las casas filiales de dichas empresas están aprovechando para compensar en el mercado venezolano las pérdidas o reducciones de márgenes de ganancia que están teniendo en otros mercados. Es decir, están aplicando un mecanismos de precios de transferencias cobrando aquí lo que pierden o no ganan allá

En Argentina, el día de ayer la AFIP -Agencia Federal de Ingresos Públicos (que es la versión gaucha de nuestro SENIAT)- suspendió nada más y nada menos que a P&G por sobrefacturación y fraude fiscal, entre otros mecanismos a través de los precios de transferencia. Como se dice en el informe de la AFIP, «los precios de transferencia son los que se facturan en el comercio entre sí empresas subsidiarias de multinacionales. Al manipular esos valores, incluyendo regalías por patentes y marcas, como en este caso, o intereses por préstamos, esas empresas transfieren sus ganancias donde menos impuestos pueden pagar por ellas. El destino preferido de esas utilidades suelen ser los paraísos fiscales, en este caso Suiza. Mediante una planificación fiscal internacional las multinacionales persiguen el objetivo de reducir la carga impositiva global del grupo…).

Esa misma «planificación fiscal internacional» es la que P&G y otras transnacionales (como las aerolíneas y las farmacéuticas) usan en nuestro país introduciendo las variaciones de rigor. No en balde, todos los productos que podemos ver en la imagen de arriba (portada del Pagina 12 de hoy lunes 3 de noviembre), son de los que más escasean en nuestros mercados y más se presionan para que suban de precio.

 

Lunes, 3 de noviembre de 2014
La AFIP suspendió a la multinacional Procter & Gamble por fraude fiscal y fuga de divisas

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La filial argentina de la empresa internacional Procter & Gamble negó anoche las acusaciones.

Jugada a dos bandas para evadir impuestos

La medida es por la sobrefacturación de importaciones por 138 millones de dólares. Además, se detectaron diferencias entre las Declaraciones Juradas de Importación y lo efectivamente importado por otros 19 millones de dólares.
La filial argentina de la empresa internacional Procter & Gamble negó anoche las acusaciones.
La AFIP informó ayer que suspendió a la empresa Procter & Gamble (P&G) por fraude fiscal y fuga de divisas. El organismo detalló en un comunicado que la medida es por la sobrefacturación de importaciones por 138 millones de dólares. Las compras se realizaban a Brasil, pero eran facturadas a través de una filial de la firma radicada en Suiza para supuestamente pagar menos impuestos en el país. Además, se detectaron diferencias entre las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación y las destinaciones de importación por otros 19 millones de dólares. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, sostuvo que “hay que terminar con estas trampas de las empresas globales que implican una planificación fiscal nociva en las operaciones de comercio exterior”. La filial argentina de la empresa internacional Procter & Gamble informó anoche que “paga todos sus impuestos” y negó las acusaciones. “No perseguimos prácticas fiscales e impositivas agresivas ni cuestionables, por cuanto las mismas no producen resultados sustentables”, remarcó en un comunicado, donde agregó que está “trabajando con las autoridades para buscar soluciones inmediatas”. P&G opera en 180 país comercializando marcas reconocidas como Gillette, Duracell, Pantene, Ariel y Pampers, entre otras.

La AFIP suspendió preventivamente el CUIT de P&G y su inscripción en el registro de importadores y exportadores como así también la posibilidad de que la empresa opere en el mercado de cambio de divisas. Además, Echegaray remitió una nota a la Comisión Nacional de Valores de EE.UU. (SEC) a través de la embajada de los Estados Unidos en el país donde se detallan las irregularidades de la multinacional, cursó un pedido de intercambio de información a Suiza y Brasil e informó al Banco Central de la Argentina de las irregularidades a la Ley Penal Cambiaria detectadas. “Nuestro objetivo principal es que P&G reintegre al Banco Central las divisas fugadas y que pague las sanciones aduaneras y el Impuesto a las Ganancias evadido por la manipulación de los precios de transferencia”, destacó el administrador federal, y luego agregó que “las compañías globales no pueden gestionar sus ganancias engañando al Estado, evadiendo impuestos y fugando divisas, ya que esta conducta irregular impide el desarrollo de la Nación, privando a sus ciudadanos de recursos para los servicios públicos, salud, educación, Justicia, transporte, jubilación y demás inversiones sociales”. La AFIP presentó dos denuncias en la Fiscalía Nacional en lo Penal Económico Nº 2, a cargo del Dr. Emilio Guerberoff. La primera la efectuó el 10 de octubre pasado a través del subdirector General de Técnico Legal Aduanera, Rubén Pave, y la segunda fue presentada el 15 de octubre a través del subdirector General de Operaciones Aduaneras Metropolitanas, Daniel Santanna. También AFIP solicitó a la Justicia que impida la salida del país de los directivos de la filial local hasta tanto se resuelva la situación de la multinacional.

Las irregularidades se detectaron a partir del análisis de un total de 2608 operaciones de las partidas arancelarias correspondientes a navajas y máquinas de afeitar, preparaciones capilares, pañales y demás artículos higiénicos. La mercadería era proveniente de Brasil, pero las operaciones se triangulaban facturándose desde un trader vinculado en Suiza. La supuesta maniobra delictiva consistía en sobrefacturar incluyendo en el precio regalías y gastos de publicidad y administración. Estos precios de transferencia le habrían permitido a la multinacional fugar divisas al exterior y reducir la base imponible del Impuesto a las Ganancias, lo que le posibilitó destinar menos fondos al pago de ese tributo.

Los precios de transferencia son los que se facturan en el comercio entre sí empresas subsidiarias de multinacionales. Al manipular esos valores, incluyendo regalías por patentes y marcas, como en este caso, o intereses por préstamos, esas empresas transfieren sus ganancias donde menos impuestos pueden pagar por ellas. El destino preferido de esas utilidades suelen ser los paraísos fiscales, en este caso Suiza. Mediante una planificación fiscal internacional las multinacionales persiguen el objetivo de reducir la carga impositiva global del grupo, aunque la AFIP lo ve desde otro punto de vista y describe la maniobra, cuando se reitera en sucesivas oportunidades como en este caso, como una “planificación fiscal nociva”.

Estas operaciones de manipulación de los precios de transferencia las suelen hacer las cerealeras cuando sus filiales locales subfacturan exportaciones, pero también se concretan al sobrefacturar importaciones. En ambos casos, el objetivo es hacer figurar menos ingresos y mayores costos para reducir utilidades y pagar menos Impuestos a las Ganancias.

En el caso de Procter & Gamble además se detectaron diferencias entre las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), que las empresas gestionan ante la Secretaría de Comercio Interior, y las destinaciones de importación. Lo que hizo la aduana fue comparar los pedidos de dólares realizados a través de las DJAI con lo que efectivamente se importó. Entonces detectó que en reiteradas ocasiones las DJAI eran por montos muy superiores a lo efectivamente comprado. La maniobra supuestamente le habría permitido a la multinacional hacerse de dólares a precio oficial para disponer de ellos libremente. La AFIP también está investigando a los fondos de inversión con participación en P&G, entre los que figuran Blackrock Fund Advisores, Vanguard Group y Northem Trust, entre otros. Estos fondos también invierten en Donnelley, otra empresa investigada por maniobras fraudulentas.

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