La hiperespeculación: cómo entenderla, cómo enfrentarla, cómo vencerla. (II)

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“El primer requisito para la comprensión de la vida económica y social contemporánea es lograr una visión clara de la relación existente entre los hechos y las ideas que los interpretan. Ya que cada una de éstas posee vida propia y, por muy contradictorio que pueda parecer, cada una de ellas es capaz de seguir un curso independiente durante mucho tiempo”. John K. Galbraith. La sociedad opulenta.

 

La economía del fraude en su laberinto: la derecha económica reconoce que el crecimiento de la liquidez no es la causa de la inflación sino los precios especulativos.

 

Desde el día 1 de la guerra económica, los “expertos” y voceros de la derecha han asegurado vehementemente que la política económica del chavismo es inflacionaria por populista, lo cual se traduce en que por tratarse de un gobierno botarata con poca o ninguna disciplina fiscal, que no le tiembla el pulso para usar el gasto público con fines asistencialistas y electoralistas, ha puesto a circular montañas de dinero en la economía causando un “exceso de liquidez”, que no puede terminar produciendo un efecto distinto al del aumento de los precios y la escasez de los productos. Es un hecho perfectamente lógico, se nos dice, que cualquier mortal puede perfectamente entender: y es que al ponerse a circular más dinero que bienes disponibles en la economía, el dinero pierde valor, los bienes escasean y los precios suben. Es el diablo inflacionario que termina castigando la irresponsabilidad de quienes quieren vivir por encima de sus posibilidades. Diablo ante el cual la única alternativa, también se nos dice, es el ajuste, el duro despertar ante la triste realidad de tener que arroparse hasta donde la cobija realmente alcanza luego de la borrachera consumista causada por la ilusión de riqueza de los altos precios petroleros.

Como puede inferirse de este razonamiento, queda claro que los culpables de la inflación para la derecha económica (incluyendo en esta lista, dicho sea de paso, varios “izquierdistas” que repiten a pie juntillas lo mismo solo con algunas variaciones estilísticas) siempre han sido dos: el gobierno y los trabajadores. El gobierno, como ya se dijo, por despilfarrador y manipulador. Pero también los trabajadores, pues son ellos los destinatarios finales del gasto del gobierno, tanto los públicos con sus “salarios exagerados” y demás prebendas, como los célebres “enchufados” que están en las misiones y que son peores aún porque cobran sin trabajar. También entran en esta lista, por su puesto, las viejitas y viejitos que cobran las pensiones del IVSS o el INAS. Pero en realidad, hasta los trabajadores del sector privado, que se ven beneficiados por los beneficios igualmente populistas del gobierno, desde los aumentos constante de sueldos y reducción de la jornada hasta los precios subsidiados incluyendo el del propio bolívar “sobrevaluado”, que como se nos ha señalado hasta más no poder, sería la gran causa en última instancia los “desequilibrios” que estamos viviendo.

Es justo en razón de esta culpabilidad compartida entre gobierno y trabajadores que, a los ojos de los “expertos”, si bien es verdad que los trabajadores son las principales víctimas de la inflación, también lo es que es sobre ellos que debe recaer el ajuste. Pues adicional al hecho que sus salarios sobrevaluados son el reflejo mismo del exceso monetario-populista, se encuentra el que ellos han convalidado dicha sirvengüenzura votando mayoritaria y recurrentemente por el chavismo para vivir sus vidas de ricos y famosos sin serlo. Así las cosas, el ajuste no solo se presenta como una medida macroeconómica “necesaria”, sino también social y moralmente como un correctivo, en el sentido en que corrige o endereza pero además castiga y escarmienta, algo así como un ayuno después de una comilona o un baño de agua fría después de una noche de fiesta. Tanto se ha insistido y machacado esta idea que en parte importante de la población, del chavismo, y evidentemente, del propio gobierno, ha ganado adeptos.

Pero esto fue así hasta finales del mes pasado, cuando en un artículo para el portal Prodavinci firmado por uno de los más conspicuos “expertos” económicos de la derecha y divulgador como pocos de la necesidad del ajuste macroeconómico dados los “desequilibrios causados por la indisciplina fiscal y monetaria del gobierno”, se reconoce como un mito que el alza de los precios sea causada por el aumento de la liquidez monetaria.

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4 Respuestas a “La hiperespeculación: cómo entenderla, cómo enfrentarla, cómo vencerla. (II)

  1. Esos expertos no saben ni cuánto se gasta en un mercados para una familia de seis persona y un bebé por otro lado tenemos qué revaluar nuestra moneda de tal modo que un céntimo de Bolívar sea igual a un dólar ya que necesitamos comprar maquinna y hacer máquina y buscar talento en todos los campo del saber industrial, para poder sostener lo de Venezuela potencia industrial, económica, cultural entre otras cosas

  2. Excelente artículo. Ya tenemos el diagnóstico.
    El gobierno podría ayudar a los trabajadores creando un impuesto que peche el exceso de ganancia (por encima del 30%) producto de la hiperespeculación. Y que lo recogiera mensualmente.
    También debería pechar la probable disminución en las ventas. Para la sociedad, no es lo mismo que un productor por ejemplo gane Bs 1.000,00 después de vender o producir 10 productos, a que gane esos mismos Bs 1.000,00 pero habiendo vendido sólo 4 de esos productos.

  3. Sólo una consulta: Angel Garcia Banchs dice que a diferencia de años anteriores la economía esta enfrentando una dificultad adicional y es la falta de inventarios, lo que justifica la escases y el aumento de precios. ¿Es cierto que existe deficit de inventarios?.. ¿Cuál es su causa?

    • Los déficits se deben a varias razones, desde el bloqueo de facto comercial, la manipulación de inventarios, el desvío de mercancía al mercado negro (como el que se hace vía internet) y el contrabando hasta caída en importaciones, pasando por las compras acumulativas de la población como mecanismo de «defensa» contra el alza de los precios y el acaparamiento. Ahora bien, dicho déficit es consecuencia y no causa de la situación actual.

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